Por Juan Tomás Valenzuela
Se llevaron las banderas,
se llevaron la señal
a un técnico electoral
y a un militar de carrera.
se llevaron casi entera
a toda la oposición,
se llevaron a Rondón
y sus cuartos mal habidos
y también al malparido
que estropeó la votación.
Se llevaron uno a uno
a los fiscales decentes
y en su lugar, pusién gente
de su ganado vacuno.
Ni siquiera Atila el huno
y su soberbio caballo,
pudo arrancar tantos tallos
allá en el Peloponeso,
como ha hecho este ungido avieso
y su penco pariguayo.
Se llevaron a Altagracia,
a Edith y a Ricardo Nieves,
y dejaron los del 9,
porque esos si le hacen gracia.
Jodién, atento a falacias,
al periodista Zapete,
por decir que la tolete
hermanita de Elvis Crespo,
había formado un encrespo
con tremendazo billete.
Se llevaron a Geomar,
por bandido y por lambón,
y pusién a un barrigón,
amigo de todo mal.
Se han intentado llevar
los símbolos nacionales,
para así ocultar los males
de su inefable gestión,
para instaurar corrupción
y palangrismo a raudales.
Se llevaron la brisita
de aquellos días de diciembre
y las cañas que se siembren
se las llevarán toditas.
Pero la flores marchitas
de esta juventud hastiada,
no podrán ser arrancadas
por todo estos bandoleros.
Caeremos muertos primero,
pues… ¡la Plaza está tomada!.
Juan de los Palotes
21 febrero 2020